viernes, octubre 17, 2008


LA BOLA DE NIEVE


¿Y si mi propio paciente fuese yo? La mente humana es fascinante cuando se controla pero en momentos de descontrol es terroríficamente temerosa, será por eso que me gusta observar a mis locos, lo cual no significa tratar con ellos. Esta vez trato pero no veo.


Solo se me escapa una clase, hoy mi segundo espécimen. Una mezcla de nerviosismo y tranquilidad me rodea… Lo he analizado y a lo único que he llegado es que me salgo del camino repentinamente, noto la circulación de la sangre, cada contracción del diafragma y por un momento me invado a mi mismo como lo haría un parásito. ¿Qué haces?


Corro intentando huir de mi mismo, de mis actos; solo miro atrás, tropiezo y de un manotazo la tiro y la rompo, y sale la nieve y se derrama el agua y se parte la base… Esa sensación angustiosa se manifiesta en mí, aún de rodillas muestro mi mano dolorida y ensangrentada a la espera de un respiro. Atrás el dueño de las ilusiones rotas, el dueño de la bola de nieve.


Cálido en el regazo puedo ver una estampa de soledad, una estampa actual enhebrada por el pasado. ¿Es egoísmo? Simplemente un mercado en el que se compra nubes de aire y yo he cogido una interesante borrasca.

Leia Mais…