Otro pequeño paso en el camino de la vida. Volvemos la vista atrás y nos sorprendemos al comprobar que dos largos años han pasado como si de un cuatrimestre se tratase, un cuatrimestre donde cada día hay una risa, una mirada complice o simplemente un apoyo ciego.

10 años tardamos en empezar a guiarnos por los senderos de nuestro instinto y ahora la prueba de la resistencia. No puedo olvidar tardes desesperadas por no creerme capaz de desarrollar una labor o hacer un ejercicio. Ha sido duro pero también muy agradable pues más que nunca se que mi vocación no son solo palabras sino que se pueden transformar en hechos.

A lo largo de esta travesía muchos acompañantes, directos e indirectos, que han hecho posible la carga de este gran peso... Thais, Yolanda, Laura; Carlos, Adonay... No puedo olvidarme tampoco de la labor del profesorado que con su preseverancia, y alguno que otra gran estupidez han logrado personas no inteligentes sino RACIONALES.

Por todo ello GRACIAS.