SENTIMIENTOS CON FECHA DE CADUCIDAD
Tras este paréntesis de tiempo en el que no he publicado nada por falta de tiempo y por otros motivos que no vienen al caso, me gustaría hablar de un tema que considero bastante importante. Esta vez de un modo más cercano al que acostumbro.
Ayer me encontraba yo viendo en mi cuarto la televisión como cada martes ya que ponen “House” y narraban, entre otros, el caso de una mujer de alrededor de 80 años que había contraído sífilis y ya se le había tratado pero como ocurre muchas veces las enfermedades contraatacan. En apariencia esto le provocaba una excitación sexual bastante fuerte que la hacía incluso insinuarse a hombres que le parecían, sexualmente hablando, atractivos. Es hijo de esta mujer había ido a acompañarla y pues reaccionó muy mal al saber que su madre tenía sífilis y argumentaba que una mujer ( o señora) de su edad no podía tener ese tipo de pensamientos y deseos. Finalmente el doctor Gregory House le receto un medicamento para tratar su enfermedad. Posiblemente lo que más me llamó la atención fue que la paciente rehusó la receta ya que no quería perder el deseo y esos pensamientos “impuros”.
De aquí surge mi duda-planteamiento, ¿Los sentimientos tienen por qué tener fecha de caducidad? ¿Qué hay de malo en que una persona se salga del molde de la sociedad? ¿Por qué una persona o un conjunto de ellas deben de marcar lo que se puede y lo que no con respecto a los sentimientos de uno?
Lo más fácil en la mayoría de casos es decir la sociedad, yo lo he hecho pero es que la sociedad somos todos, incluyéndonos a nosotros; cierto es que cada vez son más las personas que poseen una mentalidad más abierta pero muchas veces estas personas han dicho más de una vez cosas como “Una persona tan joven esta con ella solo por el dinero” (ella tiene 20 años más que la primera persona) o “Es que no tiene los años bien colocados, pensar a estas alturas en sexo”…
Igual que una persona de 25 años puede disfrutar plenamente de su vida sexual ¿Por qué otra de 70 u 80 no? ¿Acaso hacen algún mal? Posiblemente nos podamos haber encontrado en alguna ocasión acosados (es lo que hace la testosterona) pero de ahí a obligarnos a mantener un relación sexual con ellos no. Y quien quiere mantener una relación ya sea sexual o de más importancia con una persona de “elevada” edad por qué debe ser criticada. Cada individuo es libre de hacer con su cuerpo lo que le plazca mientras no dañe a ninguna otra.
Cuesta bastante pero nuestra felicidad es eso, NUESTRA, nadie debe marcarla y mucho menos un número o una arruga. ¿Qué estúpido no? Ocupémonos de otras cosas más importantes y seamos y dejemos ser felices a todos.
“¡La felicidad! No existe palabras con más acepciones; cada uno la entiende a su manera. “
Cecilia Böh de Faber (escritora española)
“Nada nos puede impedir sentir esta maravillosa felicidad de ser preferidos a otros”.
François Mauriac (Novelista francés)
miércoles, diciembre 06, 2006
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